
Es el conjunto de modificaciones morfológicas y fisiológicas que aparecen como consecuencia de la acción del tiempo sobre los seres vivos, que supone una disminución de la capacidad de adaptación en cada uno de los órganos, aparatos y sistemas, así como de la capacidad de respuesta a los agentes lesivos que inciden en el individuo.
El ciclo vital de los seres humanos es nacer, crecer, opcionalmente reproducirse y morir. Entonces cuando alguien no quiere envejecer no existe otra alternativa que morir. Ya lo dijo Sainte Beauve “Envejecer es aborrecible pero es la única forma de vivir mucho tiempo”. Es decir no podemos detener el envejecimiento, lo que si podemos es ralentizarlo, esto es, lograr que se desarrolle con menor rapidez, en otras palabras reducir la velocidad del mismo.
Nuestro organismo es un sistema dinámico, en estado de degradación y reparación permanente, cuando se rompe ese equilibrio debido a factores muy variados como son influencias genéticas, ambientales como los factores climáticos, comportamentales como son el consumo de alcohol, cigarrillo, drogas legales y no legales, el sedentarismo o la exagerada actividad física, sobreviene el envejecimiento.
En el caso del envejecimiento facial, este es un amplio proceso que resulta en múltiples señales como son disminución de renovación celular con pérdida de elasticidad y alteración de la textura de la piel, aparición de arrugas dinámicas por la acción de los músculos faciales, aparición de arrugas estáticas por la evolución de las arrugas dinámicas y disminución o alteración del colágeno y del ácido hialurónico en la piel, descenso de los tejidos por atrofia de la grasa facial, bolsas debajo de los párpados, envejecimiento de los huesos con pérdida de tejido óseo lo que vuelve irregular el contorno facial que sumado a la acción gravitacional ocasiona la caída del rostro.
Para solucionar todas estas alteraciones contamos con las 4 R del rejuvenecimiento facial que son la relajación muscular para tratar arrugas dinámicas, la redefinición de contornos, la reposición de volumen y la revitalización de la piel. Siempre con técnicas mínimamente invasivas que permiten recuperar los tejidos sin modificar las características del paciente.