Las arrugas del entrecejo están producidas por la contracción de los músculos corrugadores, que se encuentran sobre las cejas, y del músculo procerus, que se encuentra entre las cejas y la base de la nariz. Esta contracción forma líneas verticales que dependiendo del gesto de cada persona puede formar el número 1, el número 11 e incluso el número 111.
Inicialmente solo es una línea de expresión, es decir, solo se forma cuando haces el gesto. Pero con el pasar del tiempo y con las contracciones a repetición los músculos se vuelven más fuertes y la piel comienza a fracturarse dando como resultado la formación de arrugas.
Hace algunos años la solución consistía en inyectar un relleno en dicha arruga, pero actualmente, con el avance en la tecnología de los productos y los riesgos que se han descubierto, esto no se aconseja ya que hay un elevado riesgo de producir un taponamiento vascular con el producto, producir necrosis e incluso ceguera.
El tratamiento que se aconseja es disminuir la fuerza de contracción de dichos músculos, lo cual se consigue con la aplicación selectiva de toxina botulínica, siempre prefiere productos de marca, con laboratorios de respaldo, y que se comercialicen a nivel mundial. Y que lo haga un experto en la técnica.
No hay que esperar a que se forme la arruga si ya vez que comienza a formarse y si además es una característica familiar, es momento de actuar y evitar que la piel se marque.